Carlos Mugica, el cura argentino que defendió a los pobres hasta la muerte
El 11 de mayo de 1974 el sacerdote Carlos Mugica era asesinado en Buenos Aires tras ser atacado por la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), organización paraestatal de derecha encabezada por el entonces ministro de Bienestar Social, José López Rega. Terminaba la vida de uno de los defensores de los pobres y una de las guras de las luchas populares en los años 60 y 70 en Argentina.
Mugica comenzó su labor como sacerdote en el barrio marginal bonaerense de ‘La Villa del Retiro’, hoy conocido como ‘Villa 31’, donde fundó la parroquia de Cristo Obrero. Se le vinculó con el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (MSTM), cuyo objetivo era la renovación de la Iglesia Católica argentina subsiguiente al Concilio Vaticano II mediante una fuerte participación política y social.
Comenzó a trabajar con el Padre Iriarte en 1954, asistiendo a las familias más empobrecidas desde la parroquia de Santa Rosa de Lima. Esta experiencia solidicó su compromiso social y religioso con los más humildes. Asimismo, estas misiones serían un punto de inexión en su vida.
En noviembre de 1957 escribió para la revista del seminario su primera nota, la cual tituló ‘El católico frente a los partidos políticos’. En 1959, tras ocho años de estudios teológicos, fue ordenado sacerdote. Mugica continuó su carrera hacia el compromiso con los pobres, la inquietud política y la búsqueda de la religiosidad que excediese el terreno de la salvación individual.
«Creo que la misión del sacerdote es evangelizar a los pobres e interpelar a los ricos. Y bueno, llega un momento en que los ricos no quieren que se les predique más, como sucedió en el Socorro cuando me echaron [porque] ‘las señoras gordas’ le fueron a decir al párroco que yo hacía política en la misa», explicaba Mugica.
EL PADRE MUGICA Y LA POLÍTICA
Su gura comenzó a crecer durante los años 60, cuando fue nombrado profesor en Teología en la Universidad del Salvador y en las facultades de Psicopedagoía y de Derecho. También participaba una vez a la semana en una homilía en ‘Radio Municipal’.
En octubre de 1965 participó en las jornadas ‘Diálogo entre católicos y marxistas’ y comenzó a ser el asesor de la Juventud de Acción Católica en su anterior colegio, donde conocería a los futuros fundadores de la organización Montoneros y con quienes mantendría no muy buenas relaciones políticas.
En enero de 1970, la revista ‘Siete Días’ recogía las palabras del padre, crítico con la élite militar y económica que gobernaba el país, para entonces en manos de la dictadura del general Onganía.
Debido a su actividad política y revolucionaria los sectores más conservadores del clero se inquietaron, por lo que la feligresía de la parroquia Nuestra Señora del Socorro que había aceptado a Mugica por su ascendente familiar adinerado, solicitó al Cardenal Caggiano su traslado, acusado de meterse «demasiado en política» en un momento en el que sus ideas estaban aanzadas en el peronismo. Asimismo, su militancia hizo que recibiese amenazas de muerte y varios intentos de asesinato.
Al nal, las amenazas se cumplieron y el Padre Mugica fue asesinado el sábado 11 de mayo de 1974 en una emboscada después de la homilía cuando iba a subir al coche, estacionado en la puerta de la iglesia de San Francisco Solano, en Villa Luro. Recibió 14 balazos de frente y aunque fue llevado inmediatamente al hospital nada pudo hacerse para salvar su vida.