11 de octubre: Día Internacional de la Niña
Se celebra el Día Internacional de la Niña, para recordar los derechos de las niñas y luchar por su educación, salud y seguridad.
La Asamblea General de las Naciones Unidas ha designado el 11 de octubre de cada año como el día Internacional de la Niña, con el objetivo de reconocer sus derechos y los problemas excepcionales que las niñas confrontan en todo el mundo.
Las niñas tienen los mismos derechos, oportunidades y posibilidades de participación.
Todos nacemos iguales, sin embargo todavía hoy, demasiadas niñas son víctimas de violencia y abuso sexual.
Muchas niñas no asisten a la escuela, muchas son forzadas a casarse cuando aún son muy pequeñas.
A muchas adolescentes se les niega el derecho a la información y el acceso al servicio de salud sexual y reproductiva.
Las niñas de todo el mundo tienen el derecho a ser escuchadas y que todos sus derechos sean promovidos y protegidos, para reducir la pobreza, mejorar la salud, la educación y avanzar en igualdad.
Cuando desperdiciamos el coraje, la creatividad y el potencial de las niñas, perdemos como sociedad.
Mientras existan niñas víctimas de violencia y discriminación, mientras existan niñas forzadas a casarse contra su voluntad, mientras existan niñas sin libertad para opinar, mientras sigan despojándoles sus esperanzas y sus sueños y no se les permita desarrollar su potencial, perdemos como sociedad.
El matrimonio prematuro priva a las niñas de oportunidades. Pone en peligro su salud, aumenta su exposición a la violencia y los abusos y tiene como resultado embarazos precoces y no deseados, que a menudo ponen en peligro sus vidas. Si la madre es menor de 18 años, el riesgo de que el hijo muera durante el primer año de vida es 60 veces mayor que el riesgo de un niño cuya madre tiene más de 19 años.
La educación de las niñas es una de las mejores estrategias para protegerlas contra el matrimonio en la niñez. Cuando se les permite seguir en la escuela y no casarse prematuramente, las niñas pueden sentar las bases de una vida mejor para sí mismas y sus familias. Y si ya se han casado jóvenes, el acceso a la educación, las oportunidades económicas y los servicios de salud, incluidos los de prevención del VIH y de salud sexual y reproductiva, contribuirá a enriquecer sus vidas y mejorar su futuro.