Huerta y Jardín

Te contamos el secreto para obtener las mejores lechugas en la huerta

Te enseñamos cómo sembrar uno de los vegetales más usado en las comidas de los argentinos. El riego, la época, la temperatura y todo lo que tenés que saber. El paso a paso.

Lechugas en casa, la siembra de invierno se realiza en el mes de agosto a octubre. Si bien la lechuga puede crecer directamente sobre el lugar definitivo en tierra, lo ideal es realizar primero plantines en semilleros.

Lo primero que tenemos que tener en cuenta a la hora de realizar el semillero es la tierra. Esta tiene que ser de la mejor calidad posible con un 30-40% de abono orgánico que puede provenir de humus lombrices, por ejemplo.

En primer lugar sembraremos las semillas a 1 cm o menos de profundidad para que no le cueste germinar y, en lo posible, que la tierra no esté compactada.

Una de las claves para que no muera la lechuga y que es importante en todo el ciclo es que esté siempre bien hidratada, esto quiere decir que la tierra este siempre húmeda. El vegetal no tolera para nada la falta de agua, por lo que regarla con abundante agua (sin llegar a formar charcos ni mojar demasiado las hojas) es de vital importancia.

Desde el momento de la siembra, se deja cuatro o cinco días hasta que se vean emergen los primeros brotes. Si ocurren heladas o la temperatura baja demasiado hay que cubrirlas o meterlas dentro de un recipiente durante la noche o mientras duren las bajas temperaturas.

Una vez transcurridos los primero días de siembra y con los brotes visibles, hay que trasplantarlas a semilleros individuales con tierra de similar calidad a la anterior para evitar que compitan entre ellas por los nutrientes y el agua.

Es importante que el riego sea constante.

Para realizar el trasplante final esperaremos de 1 o 2 semanas, donde las lechugas ya estarán listas para ser trasplantadas a una huerta o a una maceta.

Hay que cerciorarse de dejar al menos unos 20 cm entre ellas y que el suelo no sea duro. Si es posible, agregarle abono.

En los días de mucho calor, es importante que no les dé el sol directo, ya que pueden florecer y así finalizar el crecimiento de las hojas.

Siguiendo estos consejos, en dos o tres meses se pueden obtener unas lechugas espectaculares para disfrutar en todo tipo de comidas.

¿Cómo podemos sembrarlas sin semillas?

Para esto, podemos aprovechar una lechuga que creció con semilla o una de verdulería. Primero le sacamos la capa externa de hojas, las cuáles se pueden comer tranquilamente. Para luego, cortar la lechuga a 2 dedos aproximadamente de la base.

Poner la base en un recipiente con agua y colocar todo en un ambiente con luz natural directa.

Esperar un par de semanas y si comenzó a brotar tanto en hojas como en raíz trasplantarla a un semillero individual y continuar con la siembra a partir del segundo paso explicado en la siembra con semilla.
Para los semilleros puede utilizarse cualquier tipo de recipiente con agujeros en el fondo para que drene el agua. Por ejemplo, un tarrito de yogurt agujereado en la base, un vaso de plástico, una caja de leche, lavada.

La asociación con otras plantas es fundamental para su desarrollo optimo. Para ello podemos asociarla con apio, berenjena, cebolla, zanahoria, tomate y otras. Nunca tenemos que plantar una lechuga al lado de una planta de perejil ya que estas dos variedades compiten por los nutrientes y no tendremos los mejores resultados.

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